Toda alusión a la coyuntura política mexicana debe ser puramente casual, siendo que Gramsci escribió esto en los años 30……
«Cuando un movimiento de tipo boulangerista se produce, el análisis debería ser conduccido realistamente según esta línea: 1] contenido social de la masa que se adhiere al movimiento; 2] ¿qué función tenía esta masa en el equilibrio de fuerzas que va transformándose como lo demuestra el nuevo movimiento con su nacimiento mismo?; 3] las reivindicaciones que los dirigentes presentan y que encuentran consenso, ¿qué significado tienen política y socialmente?, ¿a qué exigencias efectivas corresponden?; 4] examen de la correspondencia de los medios con el fin propuesto; 5] sólo en último análisis, y presentada en forma política y no moralista, se expone la hipótesis de que tal movimiento necesariamente será desnaturalizado y servirá a fines muy distintos de los que las multitudes seguidoras esperan. Por el contrario, esta hipótesis es afirmada preventivamente cuando ningún elemento concreto (esto es, que parezca tal con la evidencia del sentido común y no por un análisis «científico» esotérico) existe aún para sustentarla, de modo que aparece como una acusación moralista de doblez y mala fe o de poca astucia, de estupidez (para los partidarios). Así, la lucha política se convierte en una serie de hechos personales entre quienes se las saben todas, teniendo al diablo en el bolsillo, y los que son burlados por sus propios dirigentes y no quieren convencerse de ello por su incurable estupidez».